COMIDA MEXICANA

El origen como tal de éstas recetas lo desconozco, pero si decidí incluirla es, no tanto por el platillo en sí (que de todos modos es delicioso), sino por la persona detrás de él, y los recuerdos que me trae. Cuando dije que venía de familias muy grandes, no mentía, aquí en San Luis entre paternos y maternos directos tengo unos 60 familiares. Pero la cuenta no acaba aquí, en León, Gto. hay otra extensión de mi familia paterna a la cual le tengo muchísimo cariño, son familiares en segundo grado, pero la persona de la que hablo es la matriarca de aquella familia: Mi tía abuela Chabela.

Es todo un espectáculo ir a casa de la tía, pues allá mantienen muy arraigada la tradición de ir a comer con ella todos los días de la semana, como tiene 10 hijos, y a su vez, ellos ya tienen nietos, entre hijos, nietos y bisnietos se turnan para que ningún día de la semana quede una sola silla vacía en casa de mamá Chabela. Sus días transcurren en la cocina, pues muy temprano se levanta a hacerle el desayuno a las siete personas que viven con ella. Después pasa toda la mañana preparando la comida, para aproximadamente veinte personas más un par de comidas que vende a unos guardias del rumbo.

Como dije, escogí sus recetas de tantas deliciosas recetas que tiene, porque su repertorio parece infinito. Ella tiene esa sazón de abuelita que hace que uno se sienta en casa incluso estando a kilometros de su hogar. Me considero afortunada de haber vivido en su casa y formado parte de su gran vínculo familiar, así como de conocer sus recetas, que haya confiado en mí como para sentarse a contarme sus mejores secretos para preparar sus guisos.

De hecho, aunque habia probado el "chester", que es una invención de la tía, no conocía la forma de hacerlo a ciencia cierta, asi que le envié un mensaje a un prima Gabriela de allá pidiéndole que se lo preguntara a mamá Chabela, fué una muy grata sorpresa abrir mis mensajes y encontrarme con una nota de voz que grabó ella misma diciéndome la receta, sentí que estaba sentada junto a ella como en aquellos días.

Alejandra Pérez